Modos de recarga para vehículos eléctricos
Vehículo eléctrico | Esenciales del VEModos de recarga para vehículos eléctricos: Modo 1, Modo 2, Modo 3 y Modo 4; y cada sistema corresponde a un tipo de recarga en concreto.
A medida que ha ido avanzando la industria del vehículo eléctrico, también lo ha hecho la recarga de dichos vehículos. Por este motivo, se han establecido cuatro modos de recarga para vehículos eléctricos según la potencia y la velocidad de carga que soportan.
Pueden parecer conceptos un tanto complicados, pero en realidad cada modo de recarga (2, 3 y 4) corresponde a un tipo de recarga en concreto. El modo 2 corresponde a una recarga normal, el modo 3 a la semirápida y el modo 4 a las recargas rápidas (rápida, súper-rápida y ultra-rápida). Y, además, encontramos el modo 1 que equivale a una recarga doméstica.
Modo 1 (recarga lenta)
Este modo de recarga no es exclusivo para vehículos eléctricos ya que funciona a través de una toma de corriente doméstica convencional cuya recarga no dispone de comunicación entre el vehículo en cuestión y la toma de corriente. Es decir, hablamos de una conexión directa entre un enchufe y el vehículo.
En otras palabras, es una recarga que se realiza mediante un enchufe doméstico como el que usamos para conectar los electrodomésticos del hogar. Hablamos del sistema más sencillo de recarga cuya toma no incluye seguridad. Por este motivo, está orientado principalmente a la recarga de motocicletas y bicicletas eléctricas, con consumos bajos de hasta 10A.
En caso de querer utilizarlo para la recarga de coches eléctricos, será necesario contar con las protecciones pertinentes y limitar la recarga del vehículo, ya que si no podríamos sufrir el riesgo de sobrecalentamiento de la instalación eléctrica.
En resumen, este modo se caracteriza por:
- Recarga monofásica en corriente alterna
- Toma doméstica (p.e. Schuko)
- No comunicación entre recarga y vehículo
- Potencia máxima de 3,7kW con intensidad de hasta 16A y tensión de 230V
Modo 2 (recarga lenta)
Equivalente a la recarga convencional o lenta, en este modo también hablamos de una recarga mediante un enchufe doméstico convencional. A partir de este tipo de carga, ya hablamos de forma específica de modos de recarga para vehículos eléctricos.
El proceso pasa por un dispositivo con función de hilo piloto con el fin de controlar la conexión con el vehículo eléctrico. Es decir, la conexión se realiza mediante un adaptador de seguridad. En este caso, el proceso de recarga se sitúa alrededor de los 10A, con un voltaje de 230V, es decir unos 2,4kW.
La conexión se realiza mediante el cable suministrado por el fabricante del coche, que suele contar con un sistema de control entre el vehículo y la clavija y que incluye un sistema de protección diferencial. Esto permite verificar si está correctamente conectado a la red, elegir la velocidad de recarga y activar/desactivar la recarga desde el cable o desde el vehículo o su app, en caso de tenerla.
En la actualidad, este es uno de los modos de recarga para coches eléctricos más habituales en la recarga vinculada (es decir, en tu plaza de garaje), ya que la mayoría de los fabricantes incluyen de serie el cable con la unidad de recarga al comprar el vehículo, cuyo enchufe también suele ser tipo Schuko.
En resumen, este modo se caracteriza por:
- Recarga monofásica en corriente alterna
- Toma doméstica en pared
- Comunicación entre la clavija y el vehículo
- Adaptador de seguridad
Modo 3 (recarga semirápida)
Equivalente a una recarga semirápida, en este modo contamos con un terminal específico para la recarga de vehículos eléctricos, que cuenta con un sistema de control y seguridad incorporados, tanto para la propia instalación como para el vehículo en cuestión.
Se trata de un terminal inteligente que incorpora protecciones eléctricas y un conector específico con función de hilo piloto para gestionar el proceso de recarga. Dicho terminal es un dispositivo llamado Wallbox, que también puede denominarse Sistema de Alimentación de Vehículo Eléctrico (SAVE).
Este conector de pared tiene un sistema de alimentación diseñado para coches eléctricos e incluye funciones de monitoreo de la carga y de protección, llegando incluso a cortar el suministro eléctrico cuando no detecta un cable enchufado.
Ambos extremos del cable cuentan con conectores específicos, que habitualmente serán de Tipo 1 (SAE J1772) o de Tipo 2 (IEC 62196-2 o Mennekes).
Con el Modo 3 se permiten recargas en corriente alterna, tanto en monofásico como en trifásico, con intensidades de hasta 63A, pero lo más frecuente son 32A en monofase, con lo que hablamos de potencias de hasta 7.5 kW, y no es raro encontrarse con 16A y 3.7 kW de potencia.
En resumen, este modo se caracteriza por:
- Recarga monofásica o trifásica en corriente alterna
- Conector específico (usualmente tipo Mennekes)
- Comunicación entre punto de recarga y vehículo
- Protecciones de seguridad
Cabe mencionar que este modo de recarga es mucho más seguro, rápido y fiable que el anterior, y es el obligatorio para uso público en la legislación española. Además, tanto este modo como el anterior son ideales para uso doméstico para nuestro híbrido enchufable o coche 100% eléctrico.
¿Y qué es un wallbox?
Como su nombre indica, se trata de puntos de recarga que se instalan mediante anclajes en la pared, por ejemplo, de un garaje, ya sea éste privado o comunitario.
El punto de recarga se alimenta del suministro eléctrico que le proporciona la vivienda, por lo que resulta imprescindible consultar a una empresa especializada la seguridad de la instalación eléctrica y la potencia soportada.
Estos puntos de recarga son los habituales para los conductores de vehículos eléctricos gracias a su instalación sencilla, facilidad de uso y su bajo coste económico.
Modo 4 (recarga rápida)
En este caso, también contamos con un terminal inteligente que, a diferencia del modo 3, la recarga se realiza mediante corriente continua de alta potencia, permitiendo así recargas rápidas, súper-rápidas y ultra-rápidas. El vehículo eléctrico se conecta a la red de Baja Tensión a través de una estación de recarga que se encarga de convertir la corriente alterna a continua y enchufar los electrones directamente a la batería de tu coche a un ritmo muy elevado.
El terminal permite conocer todo el proceso de recarga, así como el estado de la batería del vehículo en todo momento. Todo el sistema de control y protección lo realiza la estación de recarga. Además, lo habitual es que disponga de varios cables con diferentes tipos de conectores, como CHAdeMO y CCS.
El rango de potencias en los que se sitúa este modo está actualmente entre 22kW y 400kW. Esto significa que a máxima potencia podríamos recuperar una autonomía de 100km en menos de 3 minutos.
Sin embargo, este modo tiene dos puntos negativos. Por un lado, no es aconsejable para uso diario en según qué coches ya que podríamos llegar a dañar la batería. Por otro lado, no todos los vehículos eléctricos están preparados para este tipo de carga ya que no pueden soportar tanta potencia. No obstante, los nuevos modelos que salen en el mercado sí que están diseñados para soportar este tipo de recarga y de tal manera que la batería no se vea afectada.
En resumen, este modo se caracteriza por:
- Recarga rápida, súper-rápida y ultra-rápida en corriente continua
- Comunicación entre punto de recarga y vehículo
- Puntos de recarga situados en vías rápidas, no recomendados para sitios privados
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